Por José
Manuel Saad
El Imam As-Sadiq (as) nació el
día 17 del mes Rabi’ul Aûûal del año 83 de la hégira lunar (702 d.C.) y vivió
sesenta y cinco años lunares y su imamato duró treinta y cuatro años; tuvo
siete hijos varones y tres mujeres y entre ellos quien sería el próximo Imam
Al-Kâzim (as).
Algunas de sus notables
enseñanzas destacan:
‘Abdullah relata: Un caluroso día de verano
encontré al Imam As-Sadiq (as) en uno de los caminos que llevan hacia la ciudad
de Medina y le dije: ¡Ofrezco mi vida por ti! Tú que te encuentras tan cerca de
Dios Glorificado sea y que además eres de los parientes del Mensajero Divino,
¿Cómo es posible que en este clima te mortifiques así?
El Imam
respondió: salí para encontrar el
sustento para no depender de personas como tú. 1
En innumerables situaciones nosotros como seres humanos nos
quejamos por la rutina diaria sin considerar que debemos esforzarnos cada día
para buscar el sustento, finalmente el trabajo enaltece al ser humano además de
ser benéfico para nuestra mente e intelecto. De igual manera como musulmanes
tenemos la obligación de saber que el dinero que ganamos a través de nuestro
trabajo sea de procedencia halal, y
también aquel dinero que damos como zadaqa
debe ser entregado a quien realmente lo necesita para que le dé un uso
adecuado.
Otra narración dicha por Malik Ibn Anas dice:
Ya’far Ibn Muhammad As-Sadiq (as) siempre se encontraba ayunando, realizando la
oración y recordando a Dios, era considerado uno de los más devotos y piadosos;
narraba que las reuniones con el imam eran alegres y muy provechosas, y cuando
decía un dicho del Mensajero del Islam, su rostro se desencajaba. En una
ocasión me dirigí a La Meca para realizar la peregrinación y en ese viaje fui
su compañero, cuando cambió su vestimenta entró al estado de mushrim, su estado cambió de tal forma
que no podía pronunciar labbaîk; y yo
le dije “¡Oh hijo del Mensajero del Islam, pronuncia labbaîk que no tienes otra alternativa!
El imam respondió: “Cómo puedo decir labbaîk Allahumma labbaîk (heme aquí
Dios mío, heme aquí), cuando temo que me conteste lâ labbaîka wa lâ sa’daîk (no acepto que tú hayas venido). 2
Sabemos que el Imam As-Sadiq (as) era muy conocido por su
devoción a Allah Ta’ala, y nadie podía expresar de mejor manera las diversas
situaciones vividas en distintas épocas de su vida, de ahí el conocido libro de
súplicas As-Shaifa al-Kamilah As-Sayyadiiah,
que comprende 54 preciosas súplicas que muestran la elocuencia del imam.
Este maravilloso libro es un arma poderosa para los musulmanes, ya que en
palabras adecuadas y de exaltación a Dios Majestuoso podemos expresar nuestro
sentir de acuerdo al momento que estemos viviendo, estas 54 súplicas varían una
a la otra y se pueden hacer en cualquier momento según la ocasión. Lo más
significativo es que el Imam As-Sadiq (as) siendo hijo del Mensajero del Islam
además de ser tan devoto y piadoso tenía este sentir, yo me pregunto ¿Cuál debe
ser nuestra postura ante este ejemplo de humildad y devoción a Dios Majestuoso?
Nosotros siendo pecadores y egoístas que estamos en busca de satisfacer nuestras
necesidades físicas y caprichos del alma, ¿Con qué grado de humildad nos
podemos presentar ante Allah Ta’ala para que acepte nuestra súplica? No es sino
por su gran y abundante misericordia que muestra día a día hacia nosotros.
En aquel tiempo hubo cuatro sesiones en las cuales el Imam
Sadiq (as) compartió con Mufaddal
sobre la creación del ser humano, el mundo, la afirmación de Dios y de su
ciencia, su fuerza y su sapiencia, en la cual da explicaciones para los ateos
sobre la perfecta creación y como cada especie creada por Dios Majestuoso está
perfectamente cuidada y realizada para cumplir una función específica que
beneficie al ser humano.
Una de ellas fue el hecho de que los sonidos que existen en el
exterior son el resultado de la fricción de los cuerpos en la atmósfera y como
el viento las hace llegar a nuestros oídos. Los hombres durante todo el día y
parte de la noche hablan los unos con los otros para exponer sus necesidades,
si todas estas palabras o sonidos se quedasen en el ambiente, la atmósfera
estaría en estos momentos cargada de sonidos y sería difícil para sus
habitantes; entonces, se necesitaría más que lo que se necesita de papel para
cambiar la atmósfera, ya que las palabras que se pronuncian son más que
aquellas que se escriben. Dios, Sabio y Todopoderoso, creó la atmósfera
semejante a un papel delicado e invisible que guarda ruidos y diálogos, y
nuevamente los borra, quedando blanca y limpia para recibir nuevos sonidos y
pláticas; no se descompone ni se gasta. Si reflexionamos sobre esto, vemos que
la atmósfera ocasiona que el cuerpo –en su interior- tenga vida, puesto que el
cuerpo para mantenerse vivo respira e ingiere aire, y en el exterior lo
mantiene sano. Carga a los ruidos desde lugares lejanos y hace llegar las
buenas fragancias al olfato, ¿Acaso no aprecias como los perfumes y sonidos son
mayores desde la dirección que sopla el viento? Así también carga al calor y al
frío, que cada uno de ellos tienen un papel importante en el orden del mundo,
tal como en su perfeccionamiento.
Algunas de las sabias palabras dichas por el Imam Sadiq (as)
son:
·
El musulmán que ayude a su hermano musulmán
cuando éste se lo pida, es como si hubiese hecho ÿihâd por Dios. 3
·
Todas las ciencias e informaciones –
esenciales – que el hombre necesita, las encontré en cuatro cosas: - En que
conozcas a tu Creador, - que estés consciente en lo que Dios hizo de ti y que
favores te otorgó, - que entiendas qué es lo que Dios quiere y cuáles son tus
obligaciones y – que comprendas que es lo que te aleja de tu religión. 4
·
Cuatro cualidades del carácter de los
Profetas son: Hacer el bien, ser generoso, tener paciencia y resistencia ante
las dificultades, respetar los derechos del creyente. 5
·
Ningún servidor llegará a obtener la
verdadera fe a menos que posea estas tres cualidades: entendimiento y
perspicacia en la religión, medida adecuada en su sustento; tolerancia en las
tragedias y aflicciones. 6
·
Las raíces de cada bondad e indulgencia
somos nosotros mismos, y todas las benevolencias se derivan como ramas y hojas
de nosotros, tales como: adorar a Dios único, ayunar, sofocar el enojo,
perdonar a alguien que hizo el mal, auxiliar al necesitado, ayudar al vecino y
admitir abiertamente las virtudes de los virtuosos. Todas estas son
consideradas bondades. 7
Es importante destacar que estas
cualidades éticas y morales son ejemplos de vida para nosotros los seres
humanos, sin importar el credo que profesemos, en nuestro caso como musulmanes,
considero importante estudiar y analizar la biografía del Noble Profeta del
Islam (saw) así como de sus descendientes inmaculados (as), ya que nos ayuda a
considerar las actitudes que debemos tomar frente a la vida. El Imam as-Sadiq
(as), vivió tiempos muy difíciles tales como su enfermedad en la batalla de
Karbalá, la opresión del yugo del maldito Iazid y la dificultad para difundir
el Islam que le había mostrado su amado padre el Imam Husein (as); en muchas
etapas de nuestras vidas pasamos pruebas y situaciones difíciles y a veces nos
preguntamos por qué nos suceden esas cosas, sin embargo hay que pensar que no
somos los primeros ni los últimos que viviremos dichas situaciones, y que
tenemos el ejemplo del Imam As-Sadiq (as) para sobrellevar esas experiencias
con sabiduría y aprendizaje.
1.
Kâft, T.
V. p-7; Bihâr, T. XLVII, p. 55
2. Bihâr, t.
XLVII, p. 16
3.
Mustadrak, t.II, p. 407
4.
Irshâd
Al-Mufid, p. 265
5.
Tuhaful
‘Uqûl, p. 375
6.
Ídem, p.
324
7.
Al-Imâm
As-Sâdiq, T. III, p. 138
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