jueves, 18 de diciembre de 2014

AYUDA EN TIEMPOS DE CRISIS

Por: José Manuel Saad

Existen temporadas en la vida del ser humano que vive una sensación de tristeza, ansiedad y estrés; sin saber en esos momentos cómo conducirnos o a quien recurrir, pero ¿cómo saber que hacer frente a esos momentos en los que nos sentimos solos y a veces desamparados?  

La fe y las convicciones de la persona son de suma importancia en estos tiempos de crisis y soledad, la vida va enseñándonos que personas están cerca de nosotros y quienes no, mostrándonos quienes son realmente a través de sus consejos y actitudes; tristemente vemos que muy pocos de ellos no nos brindan las palabras o acciones que realmente requerimos. No quiero decir con esto que ellos sean malas personas, simplemente no llenan los vacíos que se generan al vivir estas circunstancias, unas personas en mayor grado que otras, pero va en función a la percepción de cada ser humano, el grado de espiritualidad y conocimiento que posee.

La vida en si es maravillosa y nos brinda grandes oportunidades las cuales cada uno de nosotros debemos detectar, pero ¿cómo saber cuáles son esas oportunidades? De acuerdo a la situación que está pasando el ser humano, debe ser cauteloso y sensible para percibirlas. En el caso de nosotros los musulmanes, tenemos ventajas muy significativas que no debemos desaprovechar, las bases de nuestras creencias son el Sagrado Corán así como la sunnah del Profeta del Islam Muhammad (BP) y sus descendientes inmaculados (P).

Como dice aquel hádiz famoso respecto al día de Ghadir Khum transmitido por el Mensajero de Dios (BP): “Se acerca el día en que seré llamado por Dios Majestuoso, y responderé. Por cierto, dejo entre vosotros dos joyas preciosas [Az-Zaqalain] para que si se apeguen a ellas nunca se extravíen del camino; estos son el libro de Dios Majestuoso y la Gente de mi casa, que es Ahlol-bayt. Los dos nunca serán separados la una de la otra hasta que vengan a beber de mi fuente [Paraíso]”.

Al pasar por momentos de conflicto en nuestras vidas, basta con echar un vistazo en las vidas de los profetas y los santos imames de Ahlol-bayt (P), y es a través de sus vidas maravillosas llenas de enseñanzas las que nos inspiran a seguir adelante y mantenernos firmes en la lucha.

El mejor ejemplo de esto lo tenemos en Ashura, cuando el Imam Husein (P) y sus 72 compañeros fueron martirizados en Karbalá, en donde a pesar de la opresión de Iazid y su ejército, se mantuvieron firmes en sus convicciones con el objetivo de proteger el Islam y sus enseñanzas las cuales mantenemos hoy día, sin nunca doblegarse ante el opresor.

Nuestras luchas diarias varían según las condiciones que tenemos, sin embargo ese ejemplo de coraje y valentía nos motivan a seguir en esta lucha, de la que podremos salir victoriosos siempre y cuando luchemos con las armas que tenemos como musulmanes.

Un arma poderosa con la que contamos es la súplica, existen muchas súplicas que son de mucha utilidad en las distintas etapas de la vida, éstas súplicas nos ayudan a fortalecer nuestra fe abriendo nuestra alma a Allah Ta’ala, y ¡qué mejores palabras que las que nos enseñó el cuarto Imam Zayn al-‘Abidin (P) en su libro de oraciones Sahifa-Al-Sajjadiyya!

Cuando se experimenta ese estado de crisis existencial y el vacío interior, no hay mejor ayuda y consuelo que el refugio en Allah Ta’ala, que es el conocedor de todas las cosas, de los sentimientos y pensamientos más profundos que hay en el corazón; nadie más para ayudarnos a acrecentar nuestra fe (Iman) en Él.

Todas las experiencias en la vida pasan por razones que en ocasiones no comprendemos, y debo decir que hay ciertas cosas que a veces no las logramos comprender, pero aun así pasan por algo; de ahí la importancia de vivir bajo la protección y el consuelo de Allah Ta’ala, quien nunca nos decepcionará ni dejará ninguna de nuestras súplicas sin dar respuesta, tal como dice el Sagrado Corán:

“Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí (diles que) en verdad, Yo estoy cerca y respondo la súplica del suplicante cuando Me suplica. Por tanto que me respondan y crean en Mí, para que, quizás así sean bien dirigidos [2:186].  

También el Sagrado Corán nos dice que Allah Ta’ala aligerará nuestras cargas: “Ahora, Dios ha aligerado vuestra carga, pues Él sabe que estáis débiles…” [8:66].    

Cabe mencionar que para poder lograr todo esto, es necesario tener disciplina, buscar el conocimiento día a día y exigirnos a nosotros mismos el ponerlo el práctico, finalmente las acciones que tengamos son las que contarán el Día del Juicio Final, es mejor estar preparados para ello. Allah es muy generoso y su misericordia abundante, más allá de lo que podemos pedir o entender, pero mientras estemos con vida debemos esforzarnos en mejorar nuestra calidad moral y ética, siguiendo la ley islámica (sharia), la cual nos rige como orientación y dirección en todas las actividades de nuestra vida.

Otra oración importante además del Du’a Tawasul y el Du’a Kumail, está la oración de la noche Salatul-Lail, la cual se realiza a media noche o hasta antes de la oración del Fayr, esta oración es muy especial porque asegura el sustento de la persona que la realiza, proyecta luz a su rostro y una mirada de paz; puedo confirmar que en las ocasiones que la he realizado, Allah Ta’ala me ha dado una bendición extra y ha concedido la petición en tiempo de necesidad. Sin dudarlo puedo afirmar que la persona que realiza esas súplicas es quien mayormente recibe bendiciones de Dios, aun estando en tiempos de crisis.

Esforcémonos pues cada día y tengamos en mente que esta vida es pasajera y efímera, cuando ya acordamos pasaron muchos años pero hay que saber administrarlos adecuadamente, teniendo siempre en mente que Allah Ta’ala es nuestro protector y refugio, y en el camino nos cruzaremos con tantas situaciones y personas, que tenemos que ser diligentes y guardar nuestras convicciones y creencias, atarnos a las dos joyas preciosas que nos dejó Dios Majestuoso que son el Sagrado Corán y la Gente de la Casa del profeta, vivamos así, luchando cada día teniendo en mente que nos espera una vida mejor en el Paraíso, inshallah.